Ciertamente, no es fácil decidirse a dejar atrás la tierra natal, el que por muchos años ha sido nuestro hogar, nuestro pasado, los recuerdos y muchas veces a la familia, para iniciar una nueva vida en un país nuevo y posiblemente extraño.
Hoy día, sin embargo, la fuerza de los flujos de migración pone de relieve una realidad: cuando desaparecen las oportunidades, cuando la vida diaria reviste más dificultades que satisfacciones, cuando los temores superan con frecuencia la incertidumbre de intentar un nuevo comienzo, la mejor opción es marcharse e iniciar un nuevo futuro en otro lugar.
Como leímos en el post anterior [“Ocho razones para emigrar”], con frecuencia esta decisión se suele tomar ante una situación que se nos ha hecho insostenible. Por eso, pese a que objetivamente se halla llegado a la conclusión de que es la mejor opción, no deja de ser un proceso duro, que conlleva un impacto psicológico y emocional importante.
Para el primer trimestre de 2022 se calcula que más de seis millones de venezolanos han migrado. Y el hecho de que esta tendencia vaya en aumento, y pareciera que no va a revertirse siquiera en el mediano plazo, indica que algo grave que atenta contra la calidad de vida de las personas está ocurriendo, y no sólo en esa nación sino en otras de América Latina.
Las razones por las que emigran las personas son claras: la inseguridad, el temor por la propia vida, la crisis económica, la deficiencia de servicios básicos y sistema de salud, la violación de los derechos fundamentales, la pérdida de la libertad de pensamiento y expresión, la persecución política, la falta de oportunidades en el mundo laboral y la falta de garantías jurídicas.
Pero en el otro lado de la balanza, al momento de evaluar seriamente la posibilidad de emigrar, surgen preguntas, temores e inseguridades muy comprensibles.
Emigrar es un proceso que produce un impacto emocional y psicológico importante. Se trata de dejarlo todo atrás –tu cultura, tus raíces, todo lo que te es conocido y familiar– y dar un cambio radical, 180º, a tu vida. Empezar de cero, buscar vivienda, iniciar un trabajo, hacer nuevos amigos, habiturate a la cultura y modo de vida.
Emigrar no se decide de un día para otro. Se reflexiona y evalúa durante mucho tiempo, midiendo riesgos y posibilidades antes de estar seguro para dar el paso.
Y para ayudarte en ese proceso, veamos algunas consideraciones que te permitirán tomar esa decisión de la manera más objetiva y emocionalmente sana posible:
- Nuevas oportunidades
España es un país lleno de oportunidades. Si vienes de la mano con Negocio y Hogar se abre un abanico de posibilidades para ti y tu familia pues tendrás tu propio negocio junto con la familia Replus. Esto te abrirá un mundo muy amplio de nuevos conocimientos y relaciones que te permitirán desarrollarte profesional y socialmente.
- Cultura
Conocerás una nueva cultura, rica en tradiciones, fiestas, gastronomía, y un sinfín de costumbres. En España, aparte de las fiestas consideradas patrimonio de la humanidad, destaca la historia que se encuentra en cada rincón, por lo que nunca dejarás de sorprenderte en cualquier ciudad o pueblo de este país.
- Sanidad
España se destaca mundialmente por su sistema de salud pública y de calidad, para todas aquellas personas que se encuentren en nuestro territorio. La sanidad está regulada por la Constitución Española y es un derecho que cobija a todos.
- Idioma
El idioma seguramente sea la parte más positiva de tomar esta decisión, dado que no tendrás que aprender a comunicarte en un idioma nuevo.
- Educación
La educación es obligatoria desde los seis hasta los dieciséis años de edad, y tiene carácter gratuito; es decir, tus hijos podrán recibir una educación de calidad y gratuita. Luego podrán complementar su educación mediante el bachillerato y seguir la formación profesional o universitaria que le permita dedicarse a lo que siempre le haya gustado.
- Afinidad histórica
Nuestras historias y antepasados tienen muchos aspectos en común, por lo que los lazos humanos, históricos, sociales, culturales y lingüísticos ayudarán a construir juntos un gran futuro.

Gestionar emocionalmente el proceso de migración
Ningún cambio, por muy bueno que sea, es fácil. Muy pocas personas se sienten seguras de dejar su pasado atrás y es perfectamente normal y humano que pongas todo en duda. El proceso de migración puede significarte momentos de ansiedad y profundas dudas.
Por ello, te compartimos unos consejos que te ayudarán a hacer más llevadero este proceso:
1- Habla con personas en situación similar
Todos conocemos a alguien que ha decidido emigrar. La experiencia de otras personas puede aportarte confianza y seguridad, incluso consejos pues conoce bien por lo que estás pasando, y podrá darte un apoyo emocional nacido de la empatía.
2- Apoyate en tus seres queridos
Lo más probable es que planees emigrar con tu familia más cercana, bien sea desde el primer momento o más adelante, y eso mitiga parte del dolor de la separación. ¿Pero qué ocurre con el resto de nuestros afectos? Parientes, amigos, compañeros de trabajo, vecinos… Cuesta imaginarse dejarlos a todos atrás, pero recuerda: la gente que nos quiere, desea lo mejor para nosotros, y una vez tomada la decisión de emigrar, nos apoyará en la decisión.
3- Mantén el contacto
Afortunadamente, vivimos en un momento maravilloso en el cual la tecnología facilita muchísimo el mantenernos en contacto con nuestros seres queridos. Si bien una pantalla no sustituye un abrazo, sí hace posible recurrir a una palabra amiga, a una voz reconfortante, a unas risas por teléfono cpn la frecuencia que se desee.
4- Planea bien la estrategia
Un sentimiento negativo muy común entre las personas que se disponen a vivir grandes cambios es la ansiedad por la incertidumbre. Siempre habrá detalles que escapen de control, pero lo mejor para ganar seguridad es planear con cuidado el proceso y calcular posibles eventualidades. Así, ganas en tranquilidad y vas gestionando el proceso paso a paso.
5- Encuentra similitudes
Sí, es cierto que nos marchamos lejos, pero, ¿y si tampoco es tan distinto? España comparte con Latinoamérica historia e importantes rasgos culturales, además de un idioma común. Es fácil sentirse animado ante la perspectiva de un destino no tan distinto al del hogar, solo que con muchísimas más oportunidades. Las similitudes te ayudarán a sentirte como en casa.
6- Recuerda los motivos
Recordar con frecuencia las razones por las cuales has decidido emigrar ayudará a que éste sea mucho más llevadero. Repasa los motivos: mejor calidad de vida que se manifestará a través de oportunidades económicas, un excelente sistema sanitario, seguridad, libertad, tranquilidad…
7- Piensa en positivo
Recuerda siempre que es un cambio para mejor. La idea de emigrar es, precisamente, encontrar un futuro más próspero, y eso es lo que debemos tener presente en cada paso del camino con la certeza de que es la decisión correcta.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Cómo ha sido tu proceso de toma de decisión? ¿Tienes algún consejo que desees compartir? Coméntanos tu opinión aquí o si tienes dudas, pregúntanos aquí.
